Santiago.- Las dudas se aclaran poco a poco en el cuerpo técnico que prepara la delegación femenina U-21 que actuará en los Sudamericanos Cochabamba 2018. El pasado fin de semana sirvió para completar la II concentración de las chicas en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO). El módulo permitió, entre otras cosas, reducir a 14 las jugadoras que siguen en preparación. Marjorie Carreño y Catalina Stevens no seguirán en el proceso por motivos personales.
“Fueron cuatro sesiones intensas. Cubrimos un 80% de la parte táctica que usaremos en Cocha. Entramos en una etapa de definición: quedan 14 jugadoras, debemos sacar un par. Estudiamos si hacer el corte esta semana o esperar a la próxima concentración. Por ahora, contamos con un grupo que se amolda a la filosofía de juego. En un par de semanas tendremos el equipo que irá a Cochabamba”, explicó Warren Espinosa, head coach de selecciones femeninas.
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Al contemplar el material profesional con el que cuenta para afrontar la cita sudamericana, Espinosa analizó las herramientas y opciones que ofrecen sus dirigidas.
“Las internas están en buen nivel. Son fuertes, potentes y rápidas. Físicamente, estamos bien. Tenemos un equipo rápido, que defiende y corre bien”, describió.
Por corregir
Bajo nivel en la ofensiva y en la distribución de juego. Esas serían, a criterio del entrenador costarricense, las cuentas pendientes que registra el equipo nacional. “Adolecemos de eso ahora”, indicó.
Para solventar ambas situaciones, el cuerpo técnico incluyó en primer lugar a la U-18 Jovanka Ljubetic, a quien el seleccionador nacional define como una “anotadora natural”. Respecto a la conducción de juego, el trabajo apunta a involucrar más a las escoltas.
“Constanza Anteros es la única base natural que tenemos. Sin embargo, tenemos la ayuda de tres escoltas que colaboran, que pueden ayudar en la conducción. Con esa rotación, podemos encontrar el balance necesario para trabajar”, valoró.
Caballería
La actual preselección recibirá en las próximas semanas dos refuerzos que apuntan a elevar el nivel del grupo: Catalina Abuyeres y Monserrat Arcos, quienes juegan en España y Estados Unidos, respectivamente.
“A Monserrat Arcos la esperamos para la próxima concentración. Cata Abuyeres, por su parte, se sumaría en el último módulo. Con ellas completaríamos el equipo. Serían el complemento directo que buscamos”, afirmó Espinosa.
Con Abuyeres, la agrupación se fortalecería en el juego interno debido a su nivel físico. Mientras, Arcos sería un complemento en la producción ofensiva, gracias a su juego perimetral y habilidad para atacar el aro. Además, añade presencia con su altura y rapidez.
Factor altura
Una realidad que no es ajena para la delegación chilena es el factor altura de Bolivia. La ciudad de Cochabamba está a unos 2.570 metros sobre el nivel del mar. Por ende, el cuerpo técnico evalúa la posibilidad que las chicas puedan oxigenarse en el banco cada vez que descansen.
Descrito el escenario que rodea a las jóvenes atletas de cara a la cita que arranca el 27 de mayo, el cuerpo técnico chileno cuenta con poco más de 30 días para afinar la maquinaria. En ese período, restarán cumplir dos campamentos de trabajo. El primero se ejecutará el 5 y 6 de mayo. “Ahí tendríamos definidas a las 12 jugadoras”, afirma Espinosa. “Para la última concentración, que empieza el 21, trabajaríamos con el grupo completo. A partir de ahí nos mantenemos juntos para viajar el 24, entrenar 25 y 26 y debutar el 27 de mayo”, finalizó el head coach femenino.
Prensa FebaChile.
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