Santiago | Para Marcelo Pérez significó mucho el llamado que recibió para integrar la selección que representó a Chile en la primera ventana de la FIBA Americup. Ese hecho, así lo reconoce, le sirve como combustible en su preparación para la próxima temporada en la D2 (segunda división) del básquetbol universitario de la NCAA.
A nivel deportivo, Pérez vivirá su tercer año con la Universidad de Barry. En el plano académico ya está en clases. Estudia psicología deportiva, un área que ha decidido fortalecer para el próximo curso y explica el por qué. “El año pasado tuve un declive en mi temporada regular, fue un momento crítico que no quisiera que me pasara de nuevo. Resultó que jugar por Chile me dio un nuevo aire para terminar fuerte la temporada con la Universidad”, flexionó el oriundo de Talca.
Marcelo actuó en 26 partidos y sumó 402 minutos en la última temporada con Barry
Hoy, su confianza es otra. «Me siento bien, empecé a trabajar con José Fernández, psicólogo deportivo que me ha ayudado durante la pandemia en la preparación y el fortalecimiento mental. Sé lo vital que puede ser la ayuda de los psicólogos deportivos”, agrega. Este año con Barry será, en teoría, diferente para él. Tendrá un nuevo rol, papel que le significará mayores responsabilidades. “Hay gente nueva en el equipo, esta temporada sé que voy a tener un papel más protagonista, sé que voy a tener que liderar al equipo en diferentes áreas».
Para ese desafío asegura estar preparado. “Me siento bien, obviamente hay que adaptarse a la situación que hay ahora, he tenido la posibilidad de entrenar con mis compañeros y prepararnos para lo que se viene esta temporada. El año pasado aprendí muchas cosas que este próximo curso me ayudarán mucho”, subraya.
Pérez logró debutar con la selección nacional adulta en las clasificatorias a la FIBA Americup
Durante la última temporada 19-20, Pérez actuó en 26 partidos, sumando 402 minutos. (15.5 p/p). Promedió 6.9 puntos, 2.7 rebotes y 1.2 asistencias por encuento.
En su experiencia con la selección, el alero es reiterativo.
“Lo mejor que me pudo pasar la temporada pasada fue el llamado (con la selección). Me dio un poco de incertidumbre porque no estaba pasando por mi mejor momento, cuando llegue y tuve los primeros entrenamientos me sentí muy cómodo y suelto, sabía cuál era mi rol desde un principio cuando el coach Santander y el coach Duro hablaron conmigo al principio de la concentración. Gracias a Dios se me dio la posibilidad de jugar minutos importantes y lo hice de buena manera, Y eso fue lo que me dio la gasolina para continuar con mi año en la Universidad”, cerró el alero.
Prensa FebaChile